Fast fashion

Crear un vestido en menos de quince días, para ser vendido en Europa a 10 euros. No solo es posible, sino que se está convirtiendo en la norma. La industria de la moda ha tomado el camino de la moda rápida, donde lo importante es la velocidad de consumo y el precio, sin importar las consecuencias.Empecemos por los que más sufren: los trabajadores. Trabajan entre 12 y 15 horas diarias por salarios inferiores a la mitad del salario mínimo legal. Y en unas condiciones laborales abominables. Los productos químicos de las fábricas textiles a menudo envenenan a los trabajadores y residentes locales.Las marcas ya no tienen tiempo para crear. Para satisfacer el apetito insaciable de los consumidores, copiar los modelos de la competencia hace que las cosas vayan más rápido y más barato, incluso si eso significa arriesgarse a un caso judicial de vez en cuando. (VOSE)